EL TIEMPO SE TERMINA DESPUES NOS LAMENTAREMOS
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.


APOCALIPSIS
DATOS ESENCIALES 
PROPÓSITO:
Revelar la identidad plena de Cristo. Alertar y dar esperanza a los creyentes
AUTOR:
El apóstol Juan
DESTINATARIO:
A las siete iglesias de Asia y a todos los creyentes de todas partes
FECHA:
Alrededor del 95 d.C., desde Patmos
MARCO HISTÓRICO:
La mayor parte de los eruditos creen que las siete iglesias de Asia, a las que Juan escribió, estaban sufriendo persecución, la que tuvo lugar bajo el emperador Domiciano (90–95 d.C.). Parece que las autoridades romanas habían desterrado a Juan a la isla de Patmos (frente a las costas de Asia). Juan, que había sido testigo presencial de la encarnación de Cristo, tuvo una visión del Cristo glorificado. Dios también le reveló lo que tendría lugar en el futuro: el juicio y el triunfo final de Dios sobre el maligno.
VERSÍCULO CLAVE:
«Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ellas escritas; porque el tiempo está cerca» (1.3).
PERSONAS CLAVE:
Juan, Jesús
LUGARES CLAVE:
Patmos, las siete iglesias, la nueva Jerusalén
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
Apocalipsis está escrito en forma «apocalíptica», un tipo de literatura judía que emplea imágenes simbólicas para comunicar esperanza (en el triunfo final de Dios) a quienes se hallan en medio de la persecución. Los acontecimientos están ordenados conforme a la literatura en lugar de seguir patrones estrictamente cronológicos.
CON PEQUEÑAS ARRUGAS y llantos hizo su entrada al mundo. Envuelto en pañales, tomó su primera siesta sobre un lecho de paja. Sujeto al tiempo y a sus padres, creció hasta ser un hombre en la Palestina ocupada por los romanos. Sus manos delicadas comenzaron a ponerse fuertes y callosas en la carpintería de José. Como hombre caminó a través del campo y de la ciudad, tocó personas, predicó a las multitudes y capacitó a doce hombres para llevar adelante su misión. A cada paso fue perseguido por los que procuraban librar al mundo de su influencia. Por último, fue acusado falsamente y juzgado, fue condenado a una ejecución deshonrosa por manos extranjeras. Y murió tras ser abofeteado, maldecido, atravesado por clavos y colgado en una cruz para ser ridiculizado por todos. Jesucristo, el hombre Dios, dio su vida para que nosotros pudiéramos vivir.
En el tiempo designado por Dios, el resucitado y ascendido Señor Jesús hará su aparición en la escena del mundo. Entonces todos sabrán que ¡Jesucristo es el Señor del universo! Quienes lo aman se regocijarán, dándole la bienvenida a su Salvador con el corazón rebosante de cantos de alabanza. Pero sus enemigos estarán atemorizados. Los aliados de Satanás, los enemigos de Cristo, dirigirán sus legiones contra Él y sus ejércitos. Pero ¿quién podrá oponerse a la ira de Dios? ¡Cristo ganará la batalla y reinará victorioso para siempre! Jesús, el humilde siervo sufriente, es también el poderoso Rey vencedor y Juez.
Apocalipsis es un libro de esperanza. Juan, el apóstol amado y testigo ocular de lo que hizo Jesús, afirma que el victorioso Señor con toda seguridad volverá para vindicar a los rectos y juzgar a los impíos. Pero Apocalipsis es también un libro de advertencia. Las cosas no eran como debían ser en las iglesias, así que Cristo llamaba a los creyentes a comprometerse a llevar una vida recta.
Aunque Jesucristo le dio esta revelación de sí mismo a Juan hace unos dos mil años, ella sigue siendo consuelo y exhortación para el pueblo de Dios de nuestro tiempo. Se puede animar nuestro corazón a medida que entendemos la visión esperanzadora de Juan: Cristo volverá para rescatar a su pueblo y arreglará cuentas con todos los que le resistieron.
Juan empieza este libro explicando la forma en que recibió esta revelación de parte de Dios (1.1–20).
Luego expone los mensajes específicos de Jesucristo a las siete iglesias de Asia (2.1–3.22).
De repente cambia la escena e irrumpe un mosaico de imágenes espectaculares y majestuosas en la visión que hay ante los ojos de Juan. Este tiene una serie de visiones que describen el futuro surgimiento de la maldad, que culmina en el anticristo (4.1–18.24).
Luego sigue el relato de Juan sobre el triunfo del Rey de reyes, las bodas del Cordero, el juicio final y la llegada de la nueva Jerusalén (19.1–22.5).
Apocalipsis concluye con la promesa de la pronta venida de Cristo (22.6–21)
juan pronuncia una oración que tendría eco en los cristianos a través de los siglos: «Amén; sí ven, Señor Jesús» (22.20).
A medida que lea Apocalipsis, asómbrese con Juan del maravilloso panorama del plan revelado de Dios. Escuche a Cristo advirtiendo a las iglesias, y desarraigue todo pecado que bloquea su relación con Él. Llénese de esperanza, sabiendo que Dios tiene el control de la situación, que la victoria de Cristo está asegurada y todos los que confían en Él serán salvos.

BOSQUEJO
A. CARTAS A LAS IGLESIAS (1.1–3.22)
La visión que Juan recibió se inicia con instrucciones para que él les escribiera a las siete iglesias. Las elogia por su firmeza y les advierte por sus flaquezas. Cada carta fue dirigida a una iglesia que existía, pero que también representa condiciones en la iglesia a través de la historia. Tanto en la iglesia como en nuestra vida individual, debemos combatir en forma constante la tentación de ser insensibles, inmorales, indulgentes, transigentes, sin vida o indiferentes acerca de nuestra fe. Las cartas aclaran cómo nuestro Señor siente acerca de esas características.
B. MENSAJE A LA IGLESIA (4.1–22.21)
1. Adoración a Dios en el cielo
2. Apertura de los siete sellos
3. El toque de las siete trompetas
4. Observación del gran conflicto
5. Derramamiento de las siete plagas
6. Posesión de la victoria final
7. Todas las cosas nuevas
Esta revelación es una advertencia a los cristianos que se han vuelto apáticos y un estímulo a quienes han permanecido fieles frente a las dificultades de este mundo. Ratifica que el bien triunfará sobre el mal, nos da esperanza en tiempos difíciles y dirección cuando titubeamos en nuestra fe. El mensaje de Cristo a la Iglesia es un mensaje de esperanza para todos los creyentes en cada generación.

MEGATEMAS
TEMA
EXPLICACIÓN
IMPORTANCIA
La soberanía de Dios
Dios es soberano. Él es más grande que cualquier otro poder del universo. Dios no es comparable con ningún líder, gobernante ni religión. Él controla la historia con el propósito de unir a los verdaderos creyentes en una comunión afectuosa con Él.
Aunque pueda aumentar temporalmente el poder de Satanás, no debemos descarriarnos. Dios es todopoderoso. Él está en control de la situación. Él salvará a su verdadera familia y la llevará a la vida eterna. Como Él cuida de nosotros, podemos confiar absolutamente en Él.
La venida de Cristo
Cristo vino a la tierra como un «Cordero», el símbolo de su sacrificio perfecto por nuestros pecados. Él volverá como el «León» triunfante, el Juez justo y vencedor. Vencerá a Satanás, tomará medidas con quienes lo rechazaron, y llevará a sus fieles a la eternidad.
La seguridad de la venida de Cristo les da a los cristianos que sufren la fortaleza para permanecer firmes. Podemos contemplar su venida como Rey y Juez. Tomando en cuenta que nadie sabe el momento en que aparecerá, debemos estar preparados en todo momento al mantener sólida nuestra fe.
El pueblo fiel de Dios
Juan escribió para animar a la Iglesia a resistir las exigencias de adorar al emperador romano. Exhorta a todo el pueblo de Dios a dar su devoción solo a Cristo. Apocalipsis identifica a los que son parte del pueblo fiel e indica lo que deben hacer hasta la venida de Cristo.
Usted puede ocupar un lugar junto con los que han sido fieles a Dios al creer en Cristo. La victoria es segura para los que resisten la tentación y hacen de su lealtad a Cristo su máxima prioridad.
El juicio
Un día se desatará plenamente la ira de Dios en contra del pecado. Satanás será derrotado con todas sus huestes. La religión falsa será destruida. Dios premiará a los fieles con vida eterna, pero todos los que no acepten creer en Él se enfrentarán al castigo eterno.
La maldad y la injusticia no prevalecerán para siempre. Dios les pondrá fin en el juicio final. Debemos estar seguros de nuestra entrega a Jesucristo si queremos escapar del juicio final. Ninguna persona que rechaza a Cristo escapará del castigo de Dios.
La esperanza
Un día Dios creará cielo y tierra nuevos. Todos los creyentes vivirán con Él para siempre en perfecta paz y seguridad. Los que murieron resucitarán. Estas promesas para el futuro nos comunican esperanza.
Nuestra gran esperanza es que se hará realidad lo que Cristo prometió. Cuando tenemos confianza en nuestro destino final, podemos seguir a Cristo sin titubear, sin que importe lo que debamos enfrentar. Podemos alentarnos con la esperanza de la venida de Cristo.


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