Apocalipsis 8 SIGUEN LOS JUICIOS
El primer ciclo de juicios está por finalizar. Los 144.000 ya han sido
comisionados y una inmensa cantidad de mártires ha llegado al cielo. En muchos
lugares de la tierra, la guerra se desarrolla furiosa y descontroladamente, con
los resultantes efectos del hambre y la pestilencia, y a pesar de eso, en otras
partes de la tierra la paz todavía prevalece. Todas aquellas personas que
tienen la suerte de disfrutarla están siendo engañadas al pensar que pronto en
todo mundo se apaciguarán las cosas, y seguirá la vida como de costumbre.
Puesto que el anticristo no ha sido aun revelado como el hombre de Satanás para
el Planeta Tierra, muchas personas lo ven como un talentoso líder mundial
haciendo lo mejor para restablecer el orden y, a pesar de la cantidad sin precedentes
de muertes humanas y de personas desaparecidas, todavía le dan una alta
calificación.
Apocalipsis 8 SIGUEN LOS JUICIOS
Pero en el cielo la historia es
diferente, porque Dios está a punto de desatar los juicios de las siete
trompetas. A Él no le da ningún placer hacerlo. Pero así como son de malas las
personas, los juicios de los sellos que ahora concluyen simplemente no han sido
lo suficientemente severos como para volver el testarudo corazón de ellas a
Dios. ¡Ay! Él lo sabía todo el tiempo, pero eso no hace que las cosas sean más
fáciles. Si solamente Él no los amara tanto dejaría que se destruyeran unos a
los otros. Pero mientras que Su justicia demanda justicia, Su amor requiere que
Él siga intentando salvarlos.
El Séptimo Sello y el Incensario de Oro
“Cuando
abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
Y vi a
los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete
trompetas.
Otro
ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le
dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el
altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la
presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el
ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la
tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto” (Apocalipsis
8:1-5).
Un silencio de media hora llena el cielo
con un sentido de presentimiento, como si todos los ángeles estuvieran
sosteniendo la respiración, esperando que el Señor actúe. Los creyentes de
después del Rapto en la tierra, saben lo que se avecina, y sus urgentes
oraciones llegan al trono de Dios como una gigantesca nube de incienso.
Pero el tiempo de la misericordia se
acabó con el Rapto. Ahora es tiempo de juicio y conforme el ángel toma fuego
del altar, Dios anuncia los juicios venideros en la forma tradicional que Él
usa, con truenos, relámpagos y terremotos.
Las Trompetas
“Y los
siete ángeles que tenían las siete trompetas se dispusieron a tocarlas.
El primer ángel tocó la trompeta, y
hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra;
y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde” (Apocalipsis 8:6-7).
Recordando las plagas de Egipto, el
primer juicio cae sobre la tierra. El fuego se desata sobre la tercera parte de
la tierra, el humo cáustico que produce que la hierba y los árboles de abajo se
quemen, llena los cielos arriba.
“El
segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue
precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y
murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la
tercera parte de las naves fue destruida” (Apocalipsis 8:8-9).
Este juicio parece ser como si un gran
asteroide o meteoro choca con los océanos de la tierra. Esto ha sucedido en la
tierra cientos de veces en la historia. El último caso sucedió el 9 de junio de
2006 cuando un meteoro se estrelló al norte de Noruega con la potencia del
impacto igual a la bomba atómica arrojada sobre Hiroshima, Japón.
Los astrónomos están en la actualidad
observando miles de asteroides potencialmente peligrosos (APP) y objetos
cercanos a la tierra (OCT). En este momento ninguno de estos está proyectado
para que choque con la tierra, pero estos científicos nos advierten que los OCT
con frecuencia aparecen de repente, y casi sin previo aviso. ¿Cuántos de
nosotros sabíamos que uno de esos se estrellaría en Noruega en junio de 2006?
El meteoro a que hace referencia este
pasaje produce una tremenda devastación, convirtiendo la tercera parte de los
océanos en una sustancia tóxica de aspecto rojizo, matando a la tercera parte
de la vida marina y destruyendo miles de embarcaciones. (Existen más de 40.000
barcos comerciales y mercantes registrados en 143 países. Además, existen más
de 9.000 buques de la marina de 50 países diferentes y un número desconocido de
navíos privados.)
“El
tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo
como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las
fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte
de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas
aguas, porque se hicieron amargas” (Apocalipsis 8:10-11).
El siguiente juicio cae sobre el
suministro de agua potable del mundo. Un tercio del mismo se vuelve venenoso
debido a que algo como una estrella fugaz cae del cielo. La estrella se llama
Ajenjo, de la palabra griega ápsindsos (absenta). Debido a esto, algunos
comentaristas creen que la sustancia que produce que las aguas se hagan
amargas, es la contaminación radioactiva.
Dicen eso porque, a pesar de que no
estar libre de controversias, la palabra rusa Chernobil se puede traducir como
ajenjo, y el 25 y 26 de abril de 1986, el peor desastre nuclear ocurrió en la
ciudad de Ucrania de ese nombre. Un reactor nuclear en la estación generadora
de Chernobil explotó durante unas pruebas, lanzando enormes cantidades de
lluvia radioactiva a la atmósfera las cuales se calculan que fueron 300 veces
mayores que la bomba atómica que explotó sobre Hiroshima. Si usted vio la
película “El Síndrome de China” se pudo dar cuenta que los reactores nucleares
fuera de control pueden horadar el suelo y una vez que eso comienza nada lo
detiene.
No hay ninguna notificación oficial de
que eso sucedió o pudo suceder en Chernobil. Pero los esfuerzos para contener
el daño aun prosiguen después de 25 años del accidente, y si los acuíferos
europeos llegaran a contaminarse, es fácil ver cómo esta visión de Apocalipsis 8:11, puede ser exacta.
“El
cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la
tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se
oscureciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del
día, y asimismo de la noche”(Apocalipsis 8:12).
Entre el humo del incendio de la hierba
y los árboles, y las partículas lanzadas al aire por la colisión del meteoro,
la atmósfera se ha vuelto tan densa que un tercio de la luz de los cuerpos
celestes queda bloqueada. Eso me recuerda los reportajes de la televisión
mostrando los incendios que las tropas de Sadam Hussein produjeron en los
campos petrolíferos de Kuwait cuando iban en retirada hacia el final de la
Primera Guerra del Golfo. El humo era tan denso que parecía ser de noche
durante el día, el sol era como una oscura bola roja flotando en un cielo
ennegrecido arriba. Eso es casi como se verán las cosas cuando el mundo aguarda
el sonido de la quinta trompeta.
“Y miré, y oí a un ángel volar por
en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que moran en la
tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres
ángeles!” (Apocalipsis 8:13).
El ser que vuela no es ningún águila
ordinaria. El idioma griego utiliza la palabra normalmente traducida como
ángel, para indicar algún tipo de mensajero sobrenatural que es enviado para
preparar el mundo para lo que viene. Ya han sonado cuatro de las trompetas y la
tierra está tambaleándose por esta arremetida. Pero ahora los juicios se
vuelven sobrenaturales y son dirigidos a las personas mismas. La situación está
por convertirse en personal.
Apocalipsis 9
“El
quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la
tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y
subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire
por el humo del pozo” (Apocalipsis 9:1-2).
Esta estrella ya había caído a la tierra
en algún momento antes del sonido de la quinta trompeta, y al usar un pronombre
personal, Juan la identifica como un ser viviente, lo más seguro uno
sobrenatural. Sea lo que fuera que es se le dice que abra el pozo del abismo
para que salga un enjambre de “langostas”.
“Y del
humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder
los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la
tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres
que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. Y les fue dado, no que los
matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento
de escorpión cuando hiere al hombre. Y en aquellos días los hombres buscarán la
muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.
El aspecto
de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las
cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían
cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas
como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos
carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y
también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante
cinco meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en
hebreo es Abadón, y en griego, Apolión” (Apocalipsis 9:3-11).
Estos seres no son langostas del tipo
normalmente visto en la tierra. Las langostas normales son insectos
vegetarianos, pero a estas se les manda que no dañen la hierba, ni cosa verde,
ni los árboles. En lugar de eso ellas atacan a las personas, y cuando lo hacen
los picarán como lo haría un escorpión, produciéndoles un dolor tan intenso que
desearán la muerte. Se ha dicho que la picadura de un escorpión se puede
comparar al dolor que el dedo pulgar siente cuando es golpeado fuertemente con
un martillo, pero la picadura de un escorpión grande es como perforarle a uno
el dedo pulgar con un clavo. La picadura de estos escorpiones no se compara con
nada de lo que las personas han experimentado jamás. Su líder es el ángel del
abismo, cuyo nombre significa “destructor” en ambos idiomas. (En uno de esos
preciosos y pequeños momentos útiles de la sabiduría por la que la Palabra del
Señor es notoria, Proverbios 30:27 nos dice que las langostas normales no tienen rey, lo cual nos guía a
creer que estas “langostas” son algo más que langostas ordinarias.) Solamente
los 144.000 testigos estarán protegidos de este insoportable dolor.
Juan ciertamente nunca antes había visto
una cosa parecida, y al describirlas excedió los propios límites de su
imaginación. Aquí es donde debemos apreciar la naturaleza de su desafío. Juan
era una persona del Siglo I que había sido llamada a describir la guerra del
Siglo XXI. Pero lo tenía que hacer de tal manera que todas las generaciones
posteriores la pudieran interpretar también. Aun hoy día no podemos relacionar
estas así llamadas langostas, con nada parecido en nuestro mundo. Estas son
claramente manifestaciones demoníacas de algún tipo.
Ciertamente Dios ha ordenado el juicio,
pero ¿está Satanás soltando a estos pequeños monstruos para que dañen a su
propia gente? ¿Le fue ordenado hacer eso, o será algún esquema diabólico para
aumentar aun más el odio que la gente de la tierra siente hacia Dios? ¿Pudo
Satanás estar haciendo esto de manera deliberada para poder culpar a Dios por
haberlo hecho, y así avanzar en su estrategia de convertir la oscuridad en luz
y la mentira en verdad? Un poco más adelante, Juan nos informará que ninguno de
estos tormentos hizo que los moradores de la tierra se arrepintieran de sus
rebeliones.
“El primer
ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.
El sexto
ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de
oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta:
Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. Y
fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día,
mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Y el número de los
ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.
Así vi
en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de
zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones;
y de su boca salían fuego, humo y azufre. Por estas tres plagas fue muerta la
tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de
su boca. Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque
sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban” (Apocalipsis 9:12-19).
Tradicionalmente el Río Eufrates ha sido
la frontera territorial, cultural y religiosa entre el este y el oeste.
Raramente han cruzado las costumbres, tradiciones y filosofías de un lado al
otro. Como resultado, el mundo oriental es muy distinto en todo respecto de su
contraparte occidental. Este pasaje ayuda a explicar el porqué eso es así.
También ha existido una frontera en el mundo espiritual. Pero con esta orden
que sale del mismo trono de Dios, la frontera se derriba y el efecto mortal no
tiene comparación.
Los combatientes que son liberados al
eliminar esta barrera terminan matando un tercio de la población mundial
restante. Recuerde que un cuarto de la humanidad encontró su fin en los juicios
de los sellos. Con este tercio adicional, más de tres mil millones de personas
habrán muerto cuando esto termine, y todavía no ha comenzado la Gran
Tribulación.
La causa de toda esta destrucción es que
se desatan los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates, pero
este río aun no ha sido secado para permitirles a los reyes del oriente que lo
crucen. Eso sucede después en Apocalipsis 16:12. Por consiguiente, yo creo que este pasaje está describiendo la guerra que
se lleva a cabo en lugares del Lejano Oriente en donde vive el 40% de la
población mundial (muchas personas viven en condiciones de aglomeración lo cual
aumenta el potencial para la matanza en masa) en donde las tensiones religiosas
y étnicas son tradicionalmente altas, y en donde muchos países pueden formar
grandes ejércitos. Creo que es la coalición formada por los ganadores de esta
guerra la que arremete a través del río Eufrates que se ha secado, mientras que
el anticristo está siendo distraído con otras sublevaciones (Daniel 11:40-44).
“Y los
otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se
arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y
a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales
no pueden ver, ni oír, ni andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de
sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (Apocalipsis 9:20-21).
Usted podría pensar que con esas
langostas demoníacas atacando a la gente y que después de que tres mil millones
de personas están muriendo por la guerra y otros desastres, la gente se
apresuraría a buscar al Señor por consuelo y seguridad. Pero eso no sucede así,
y le diré porqué.
Hay una creencia que siempre ha
circulado y es tan antigua como la humanidad, pero que en los últimos días
llegará a ser una religión que engañará a casi todas las personas. Esta se
llama la doctrina luciferiana, y el entenderla nos ayudará a explicar porqué el
mundo no se vuelve a su Creador en ese momento, el cual es el peor momento en
la historia humana.
La doctrina luciferiana se llama así,
por supuesto, por Lucifer, un nombre en latín que significa el “portador de
luz”. Esta doctrina sostiene que Lucifer es el Ángel de Luz, el buen tipo que
está tratando de iluminar a la gente del mundo para prepararla para la
evolución espiritual necesaria que traerá la paz a toda la humanidad. Según
esta doctrina, nuestra evolución física ha terminado y todo lo que necesitamos
hacer ahora es liberarnos de las ataduras del pensamiento Judeo-Cristiano para
poder completar nuestra evolución espiritual y así entrar en la tan esperada
era utópica.
Pero Lucifer está siendo obstaculizado
por el malo de Adonai (en hebreo Señor) Quien, junto con Sus seguidores, está
trabajando para frustrar el gran plan de Lucifer, previniendo de manera
efectiva nuestra evolución espiritual. Para que la humanidad pueda llegar a
Utopía todas las personas que insisten en aferrarse a su obsoleta fe
judeo-cristiana tienen que ser eliminadas. La Gran Tribulación está caracterizada
por la doctrina luciferiana como el último gran esfuerzo del malo de Adonai de
destruir al “portador de luz” de la humanidad y prevenir nuestra ascensión a
Utopía, al mantenernos atados a Él.
Después de la desaparición de la iglesia
la Verdad estará muy escasa en la Tierra y todo el mundo será engañado al creer
en la doctrina luciferiana, tal y como Pablo advirtió que sucedería (2 Tesalonicenses 2:9-12). Así que naturalmente al creer que el Señor es el tipo malo, todas estas
personas adoran a Lucifer con más intensidad, esperando que él sea quien
prevalezca y ponga fin a sus sufrimientos (Hay camino que al hombre le parece
derecho; pero su fin es camino de muerte… Proverbios 14:12). Por supuesto, Lucifer es también ampliamente conocido como Satanás o el
diablo.
La próxima vez aprenderemos sobre los
dos testigos, descubriremos en dónde será construido el Nuevo Templo y
presenciaremos el evento en el cielo que señala el comienzo de la Gran
Tribulación. Nos vemos entonces.
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