Pero es necesario que el obispo...gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?”)

LECCIÓN 10

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 “QUE GOBIERNE BIEN SU CASA, QUE TENGA A SUS HIJOS EN SUJECIÓN CON TODA HONESTIDAD”.

Pero es necesario que el obispo...gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?”)

(1 Ti.3:4,5; Tit 1:6)

OBJETIVO

         El alumno comprenderá la importancia de tener una familia ejemplar para poder ministrar con sabiduría y para que su mensaje impacte la vida de las familias que están bajo su cuidado.

INTRODUCCIÓN

          Dios presenta en su palabra, de una manera muy clara, que el hermano que quiere ser anciano debe gobernar bien su casa. ¿Qué significa esto? Quiere decir que debe ser un buen padre y esposo y que debe actuar correctamente. La Biblia nos enseña que un hombre que es capaz de gobernar su propia casa, debe tener una relación  agradable a Dios con su esposa y con sus hijos y entonces será apto para poder cuidar la iglesia. En este pasaje nos dice que debe tener a sus hijos en sujeción con toda honestidad, y Tito 1:6 dice que “debe tener hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”.

          A veces, los obreros cristianos cometen el error de pensar que su trabajo es tan importante que se justifica el ignorar a sus familias. El liderazgo espiritual, sin embargo, debe empezar en casa. Si un hombre no está dispuesto a cuidar, disciplinar y enseñar a sus hijos, no está calificado para dirigir la iglesia. No permita que su función como anciano lo desvíe de sus responsabilidades familiares.

¿QUÉ SIGNIFICA GOBERNAR?

          Analicemos la palabra “gobernar”. Literalmente esta palabra significa presidir o dirigir aunque su connotación o significado es aun más amplio en el contexto de este pasaje, por ello quiero que pensemos por unos momentos en las siguientes palabras:

          Un buen administrador sabe cómo hacer que otros trabajen. Se preocupa por no desconocer o reprimir las habilidades de su esposa. Más bien, las aprovecha al máximo. No la considera como alguien a quién mandar. En cambio, piensa en ella como en una maravillosa, útil y positiva bendición de Dios.

          Un administrador tiene el ojo puesto en todo lo que ocurre en la casa, pero no hace todas las cosas él mismo. En lugar de eso, mantiene la visión general y conserva todo bajo control. Sabe lo que ocurre, como está llevándose a cabo y solo cuando resulta necesario interviene para cambiar, modificar o ayudar en alguna manera

           La Escritura, que siempre es muy clara, el versículo 4 dice: “gobierne bien su casa”, y el versículo 5, “gobernar su propia casa” y eso, antes de cuidar la iglesia de Dios. No dice gobernar la iglesia, sinocuidar la iglesia; no dice cuidar la casa, sino gobernarla. En esas palabras está la revelación, para poder compaginar casa y ministerio.

           Yo me he encontrado a algunos que cuidan la casa y gobiernan la iglesia... ¡Error! Dios dispone las cosas de tal modo, que nadie pueda equivocarse: la iglesia se cuida mientras que la casa se gobierna. Sólo tenemos que atender a cada lugar en su función, para no tropezar. Gobernar bien la casa y tener los hijos en sujeción, dice la Biblia.

¿CÓMO SE GOBIERNA LA CASA?

    

          a)  Nuestra relación con nuestra esposa

          La casa requiere de un tiempo para atender a la esposa y otro tiempo para atender a los hijos:

       

          En primer lugar quiero que analicemos nuestra relación con nuestra esposa.

          1 Tesalonicenses 4:4-5 dice: “...que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios”.

Un trato en santidad y honor, haciendo a un lado la concupiscencia. Eso significa tantas cosas, porque toca las pasiones y el trato sexual.

           La esposa requiere un tiempo diario de nosotros para ella; y tiempo no tanto de cantidad, como de calidad. Un tiempo para dialogar y para orar. Para eso debemos administrar correctamente el tiempo y apartar espacio en nuestras actividades para atender a nuestra esposa y a nuestros hijos; para todo hay tiempo. Hace muchos años escuché acerca de un hermano que vivía en el estado de México y era un excelente predicador, su agenda siempre estaba llena, muchas iglesias le invitaban constantemente a predicar en sus locales. En una ocasión unos hermanos llegaron con el fin de hacerle una invitación pero cuando hablaron con la familia, la esposa dijo lo siguiente: “Hermanos, tenemos noticias de que mi esposo anda predicando por “x” región en el estado de Veracruz, así que si ustedes lo llegan a ver por favor díganle que la persona que nos renta la casa está a punto de echarnos a la calle por los cuatro meses que le debemos de renta, y como todo este tiempo no hemos visto a mi esposo, por favor díganle que nos envíe el dinero.” El ser gobernador de la casa, implica un cuidado extremo de toda la familia

           La Biblia dice en Efesios 5:25 que “debemos amar a nuestras mujeres así como Cristo amó a la Iglesia”. También 1 Pedro 3:7 dice “vivid con ellas sabiamente......dándoles honor como a coherederas de la gracia.”

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a)     Nuestra relación con nuestros hijos

          La segunda cosa que quiero enfatizar es: Que tenga a sus hijos en sujeción. En el griego la frase se debe de traducir de la siguiente manera “teniendo hijos (que estén) en sujeción”. La frase siguiente escon toda honestidad en el griego se traduce “buena crianza”, que es algo así como “modestia reverente de parte de los hijos”. Nuevamente el pasaje que nos sirve para entender con mas claridad este punto es Tito 1:6 que dice “que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución”. Noten que no dice la Biblia que ellos sean disolutos (esta palabra significa desenfrenado, contumaz, insubordinado) sino que ni aun sean acusados de desenfrenados.

          Debemos tener mucho cuidado para que los hijos de los ancianos sean hijos creyentes, no disolutos, no rebeldes. ¿Cómo se conducen nuestros hijos? Espero que nosotros no cooperemos a ese dicho de: "Hijos de pastor, lo peor"...

          Los hijos también reclaman un tiempo de papá, para juego, tarea, para comentar lo que sucede en la vida diaria etc. En casa se educan hijos y eso tiene que planearse en un plan escrito:

          “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre” (Proverbios 6:20). El papá dicta el mandamiento, es decir, hace el plan educativo, y la madre enseña sobre el mandamiento del padre, y juntos hasta ahorramos tiempo. Esto es muy importante porque en nuestro medio algo que ocurre muy a menudo es que la madre es la encargada de la educación de los hijos. Por ejemplo, si los maestros llaman a una junta  vean quiénes asisten a estas juntas, los papás o las mamás, ¿verdad que asisten mayormente las mamás? Creemos que la educación de los hijos recae mayormente en mamá, pero no es así. Dios dice que el mandamiento nos corresponde a nosotros, la directriz (recuerden la palabra en griego gobernar significa dirigir) debemos marcarla nosotros y cuando me refiero a esto no solamente es decir “esposa tú debes de seguir estas órdenes y ustedes hijos de igual manera” dirigir es gobernar  proistemi,   literalmente estar de pie ante, y, de ahí, conducir, ocuparse de, prestar atención y diligencia. Se traduce gobernar, voz media, con referencia a una iglesia local en Romanos 12:8: el que preside; en 1 Timoteo 5:17: que gobiernen; con referencia a una familia 1 Timoteo 3:4 y 12: que gobierne.

           Hay quien se queja de que en vez de ayuda idónea, tiene ayuda "errónea", pero en ocasiones no es culpa de la mamá, sino de un anciano papá demasiado ocupado en la iglesia. La esposa atiende los hijos en la forma y trato pero nosotros debemos disponer el plan educativo. Ahora, si no tienes un plan para educar, entonces estarás usando el humor del momento, o la herencia que recibiste de sus padres y por supuesto, estarás tropezando. Es decir dependerá del estado de ánimo en que te encuentres en ese momento para la respuesta que darás a alguna circunstancia que se te presente con tu esposa o con tus hijos. Muchas ocasiones la respuesta ante una petición de nuestros hijos es diferente si no tenemos algo que hacer en el momento o si estamos preparando el día sábado, el sermón del domingo. En otras ocasiones respondemos exactamente igual que como actuaba nuestro padre, es decir hemos copiado exactamente igual las actitudes de nuestro padre y de esta manera respondemos ante nuestra esposa o nuestros hijos.

          “Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)”.  El hermano que cumple este requisito es fiel al Señor, pone buen ejemplo y ejerce la autoridad en su familia. Él es la cabeza, el director (Ef. 5:24-25; 6:4). Él provee para su familia (1 Ti. 5:8), no solamente alimento, ropa, techo, etc., sino también la instrucción y la disciplina necesarias. “Que tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía” (Tit. 1:6)  En nuestra época es cada vez más difícil criar a los hijos “en disciplina y amonestación del Señor” (Ef. 6:4) porque los jóvenes tienen que vivir en un ambiente de mucha disolución y rebeldía. Entre ellos es popular ser así, y persiguen a los jóvenes cristianos que no se conforman a sus actitudes y prácticas.

          Hijos creyentes: Para cumplir con este requisito ¿es necesario que el hermano tenga más de un hijo creyente? No, porque el sustantivo hijos es un término genérico e incluye uno o más; es decir, el singular se incluye en el plural: por ejemplo, Efesios. 6:4, “no provoquéis a vuestros hijos, sino criadlos, etc.”; sin duda alguna esta enseñanza es para los padres que tienen solamente un hijo. "¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos?” (Gen. 21:7), dice hijos aunque Sara tuvo solamente un hijo."Cuando alguno muriere sin hijos, traspasaréis su herencia a su hija” (Nm. 27:8); desde luego, si hubiera tenido un solo hijo, la herencia habría sido de él. "Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano" (Mt. 22:24); con un solo hijo habría tenido descendencia. Estos textos son suficientes para probar que el singular se incluye en el plural.

          Creyentes: La palabra traducida creyentes es pista.

          a). A veces esta palabra se traduce fiel(es); por ejemplo, Mateo. 25:21, 23, "Bien, buen siervo y fiel";

              Hechos 16:15, "Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor"; 1 Corintios 4:2, "que cada uno se hallado

              fiel"; 1 Timoteo 1:12, "me tuvo por fiel"; 1 Corintios 4:17, "Timoteo ... fiel en el Señor"; Gálatas 3:9, la

              traducción más apropiada es "los de la fe son bendecidos con el fiel Abraham"  (véanse también Ef.

              6:21; 2 Ti. 2:2).

         b). Pero también se traduce creyente(s): Hechos 16:1, "Timoteo, hijo de una mujer judía creyente”;

              2 Corintios 6:15, "¿O qué parte el creyente con el incrédulo?”; 1 Timoteo 5:16, "Si algún creyente o

              alguna creyente tiene viudas...”; 1 Timoteo. 6:2, "Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en

             menos por ser hermanos” (aquí obviamente estos amos no son simplemente fieles, sino creyentes

             (cristianos) porque son hermanos; (véanse también 1 Ti. 4:3, 10; Hch. 10:45, obviamente "los fieles de la

             circuncisión" eran cristianos).

          En 1 Timoteo 3:4,5 Pablo enfatiza que los hijos deben estar en sujeción a sus padres, y sería correcto decir que los que están sujetos son fieles a su padre. Sin embargo, en Tito 1:6 hay algo más, porque después de decir creyentes o fieles, dice, "que no estén acusados de disolución ni de rebeldía"; por eso, Pablo tiene en mente los jóvenes de edad. Estos son jóvenes responsables y, por eso, es lógico y razonable concluir que si no son mundanos rebeldes será porque habían obedecido al evangelio. Es muy probable, pues, que creyentes sea la traducción correcta en este texto, como en 1 Timoteo 6:2 ("amos creyentes").

          En 1 Timoteo 2:2; 3:8, 11; Tito 2:2, 7 se usa la palabra seriedad.  El criar hijos es una obligación solemne. Los padres deben tomar muy en serio esta responsabilidad y se debe hacer con toda honestidad(dignidad, gravedad).                                                                            

          Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? En el hogar -- el lugar de prueba -- el hombre muestra que es capaz de cuidar de la iglesia. El hermano que no instruye ni disciplina a sus hijos descuidaría las mismas cosas si fuera anciano en la iglesia.

PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN

1.     ¿En qué manera afecta la relación con nuestra esposa el requisito de “gobernar”? ¿Qué relación tiene con esto “someteos unos a otros en el temor de Dios” (Ef. 5:21)? Lean Efesios 5:22-25, ¿cómo gobierna Cristo a su iglesia? ¿Debemos nosotros gobernar nuestra casa de la misma manera?

2.     ¿Qué relación tiene la provisión del sustento material con el gobierno de la casa (Ef. 5:29; 1 Ti. 5:7,8; 2 Ts. 3:7-11)?

3.     ¿Qué relación tienen los siguientes versículos con la necesidad de “tener a nuestros hijos en sujeción con toda honestidad”? 1 Samuel 3:13, Proverbios 13:24, Proverbios 29:15 y 17, Efesios 6:4.

CONCLUSIÓN

           El anciano debe ser la cabeza de su familia y debe tener a sus hijos bajo control. ¡Esto no significa que a los hijos del anciano no se les permita ser niños! Lo que quiere decir es que deben respetar al Señor y a sus padres, y crecer siendo ejemplo, como lo deben ser todos los cristianos.

          El gobierno de la casa está en manos del papá, y mientras no pueda gobernar bien su propia casa, en ninguna manera podrá cuidar la iglesia de Dios; no se puede honrar más a la familia que a Dios.

Te animo sinceramente en el amor del Señor a que hagas lo siguiente:

          * Pregúntale a Dios. Ve en estos momentos al Señor en oración y pídele que Él te revele  lo que pertenece a esta área en tu vida y qué debes hacer para mejorarla.

          * Escudriña las Escrituras. Pues muy probablemente el primer lugar en donde encontrarás ayuda para crecer en el “gobernar bien tu casa” es en lo que Dios ya ha dicho acerca de ello.

          * Pregúntale a tu esposa. Pregúntale a ella cuáles son las áreas de dificultad que ella ve en ti en relación con tu función como padre y esposo, considera cada una de las observaciones que ella te hace, tómalas como de parte de Dios y empieza a trabajar en ellas.

          * Pregúntale a tus hijos. Ve a tus hijos si estos tienen una edad en donde puedan entender las Escrituras y compárteles lo que has leído y pregúntales acerca de tu actuar para con ellos.

          * Pide perdón las veces que sean necesarias. En estos aspectos prácticos muchas veces nos damos cuenta de que hemos fallado al Señor primeramente, pero también a nuestra esposa o a nuestros hijos, si es así recuerda que podemos y debemos pedir perdón. Recuerda que nadie de nosotros es perfecto, que no hay un anciano perfecto, que no hay un hogar perfecto, que no hay una esposa perfecta, que no existen los hijos perfectos, pero que tenemos la oportunidad de ser mejores para agradar a Aquel que nos tomó por soldados.

           * Gánate el respeto de los de tu casa. No podemos exigir ni forzar a los demás a que hagan lo que nosotros decimos, necesitamos ganarnos el respeto de nuestra casa, para poder gobernarla.